Revista Costarricense de Orientación

ISSN 2215-6615

Vol. 4 Num. Especial, 2025, p. 1-12

https://www.rco.cpocr.org/index.php/rco/index

https://doi.org/110.54413/rco.v4iEspecial.73

Orientación educativa intercultural: Aproximaciones teóricas y prácticas para su comprensión en entornos pluriculturales

Intercultural Educational Guidance: Theoretical and Practical Approaches for its Understanding in Pluricultural Environments

Orientação educacional intercultural: abordagens teóricas e práticas para compreendê-la em ambientes multiculturais

Carol Graciela Morales-Trejos

Universidad de Costa Rica

San José, Costa Rica

https://orcid.org/0000-0001-9925-3320

https://ror.org/02yzgww51

carolgraciela.morales@ucr.ac.cr

Recibido: 10 de diciembre de 2024 / Aceptado: 25 de marzo de 2025

Resumen

Objetivo: Profundizar en la comprensión y valoración de la diversidad cultural, donde se promueva el desarrollo de competencias que favorezcan la interculturalidad en entornos educativos pluriculturales. Metodología: A partir de una revisión bibliográfica, se analiza la relación entre la orientación y la interculturalidad, destacando la importancia de fomentar el entendimiento mutuo y la cohesión social. Resultados: Los hallazgos señalan que la orientación educativa intercultural se sustenta en la premisa de que el conocimiento y la apreciación de diversas culturas enriquecen la vida individual y colectiva, lo que supera estereotipos y prejuicios. Asimismo, se reconoce la diversidad cultural como fuente de riqueza que implica la responsabilidad de construir sociedades más inclusivas y respetuosas. Para ello, se enfatiza la implementación de estrategias como la pedagogía de la pregunta y la reflexión crítica, claves para consolidar un enfoque de orientación educativa intercultural. Dicho enfoque no solo favorece la equidad y la inclusión en los espacios educativos, sino que también prepara a las personas para afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades de un mundo globalizado. Conclusiones: En este sentido, el papel de la persona profesional en Orientación es fundamental en la promoción de la equidad y la justicia social dentro de los espacios educativos. Su labor consiste en guiar el aprendizaje desde una perspectiva intercultural, e impulsar procesos de sensibilización y formación que les permitan al estudiantado, docentes, las familias y comunidades comprender y respetar la diversidad, construyendo comunidades más justas, solidarias y enriquecidas por valores que enriquezcan la convivencia social y cultural.

Palabras clave: orientación, interculturalidad, orientación educativa.

Abstract

Objective: To deepen the understanding and appreciation of cultural diversity, promoting the development of competencies that foster interculturality in pluricultural educational environments. Methodology: Based on an updated bibliographic review, the relationship between educational guidance and interculturality is analyzed, highlighting the importance of promoting mutual understanding and social cohesion. Results: The findings indicate that intercultural educational guidance is based on the premise that knowledge and appreciation of diverse cultures enrich individual and collective life, which overcomes stereotypes and prejudices. Furthermore, this perspective recognizes cultural diversity as a source of wealth that entails the responsibility to build more inclusive and respectful societies. To this end, emphasis is placed on implementing educational strategies such as the pedagogy of questioning and critical reflection, which are key to consolidating an intercultural educational guidance approach. This approach not only promotes equity and inclusion in educational settings, but also prepares individuals to face the challenges and seize the opportunities of a globalized world. Conclusions: In this sense, the role of the guidance professional is fundamental in promoting equity and social justice within educational settings. Their work involves guiding learning from an intercultural perspective and promoting awareness-raising and training processes that empower students, teachers, families, and communities to understand and respect diversity, thereby building more just and supportive communities enriched by values that enhance social and cultural coexistence.

Keywords: guidance, interculturality, educational guidance.

Resumo

Objetivo: Aprofundar a compreensão e a valorização da diversidade cultural, promovendo o desenvolvimento de habilidades que fomentem a interculturalidade em ambientes educacionais multiculturais. Metodologia: A partir de uma revisão bibliográfica atualizada, analisa-se a relação entre orientação educacional e interculturalidade, destacando-se a importância de fomentar a compreensão mútua e a coesão social. Resultados: Os resultados indicam que a orientação educacional intercultural parte da premissa de que o conhecimento e a valorização das diversas culturas enriquecem a vida individual e coletiva, superando estereótipos e preconceitos. Da mesma forma, essa perspectiva reconhece a diversidade cultural como uma fonte de riqueza que implica a responsabilidade de construir sociedades mais inclusivas e respeitosas. Para tanto, destaca-se a implementação de estratégias pedagógicas como o questionamento e a reflexão crítica, fundamentais para consolidar uma abordagem de orientação educativa intercultural. Essa abordagem não apenas promove equidade e inclusão em ambientes educacionais, mas também prepara as pessoas para enfrentar os desafios e aproveitar as oportunidades de um mundo globalizado. Conclusões: Nesse sentido, o papel do profissional de Orientação é fundamental para promover a equidade e a justiça social nos espaços educacionais. Seu trabalho consiste em orientar a aprendizagem a partir de uma perspectiva intercultural e promover processos de conscientização e formação que permitam que alunos, professores, famílias e comunidades compreendam e respeitem a diversidade, construindo comunidades mais justas e solidárias, enriquecidas por valores que potencializem a convivência social e cultural.

Palavras-chave: orientação, interculturalidade, orientação educacional.

Introducción

La orientación educativa juega un rol clave en los contextos pluriculturales que caracterizan a Costa Rica. Un hito significativo en la promoción de esta práctica en dichos entornos fue la ratificación del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que respalda los derechos de los pueblos indígenas y tribales. Este acuerdo reconoce la importancia de preservar y fortalecer la identidad cultural de estas comunidades, asegurando además que reciban una educación respetuosa de su lengua y tradiciones.

Al incorporar los principios de la interculturalidad en este contexto, la orientación educativa se convierte en una herramienta esencial para garantizar una educación inclusiva y equitativa en el país. Este enfoque no solo respalda el desarrollo personal, académico y profesional del estudiantado desde una perspectiva que valora sus particularidades culturales, sino que también fomenta la inclusión, el respeto y la valoración de la diversidad cultural presente en el sistema educativo en sus diferentes formas.

Este desafío requiere dotar de herramientas teóricas y prácticas tanto a docentes en formación y en ejercicio, como a estudiantes de distintas instituciones educativas y entornos sociales. El objetivo de este ensayo académico es facilitar la comprensión y aprecio por la diversidad cultural, desarrollando además competencias que favorezcan la interculturalidad.

Este documento se fundamenta teórico y metodológicamente en una revisión bibliográfica actual sobre el tema. Según Machi y McEvoy (2012, citado por Alayza Degola, 2020), la revisión de literatura se basa en un proceso sistemático que organiza, analiza e interpreta fuentes de información escrita. Su propósito es identificar relaciones, diferencias y el estado actual del conocimiento en torno a un tema específico.

Desde una óptica intercultural, este trabajo propone un modelo de orientación que favorezca la equidad, la movilidad social y el respeto por las diferencias culturales. El objetivo principal es reflexionar sobre la importancia de articular teoría y práctica en el quehacer profesional de la orientación educativa, donde se utilicen estrategias como la pedagogía de la pregunta para fomentar una ciudadanía crítica y participativa. Esto contribuirá al desarrollo de una orientación intercultural que impulse la construcción de una sociedad más inclusiva.

Finalmente, este ensayo está estructurado en cuatro apartados: referente teórico, metodología, hallazgos principales y conclusiones.

Referente teórico

Reconfiguraciones de la orientación educativa en el abordaje de la diversidad cultural

Se determina la relevancia no solo de la articulación de la teoría y práctica, sino también de la pedagogía de la pregunta como estrategia pedagógica que posibilita la construcción de una ciudadanía más participativa y reflexiva en el quehacer profesional de la persona orientadora.

Se considera la práctica comunitaria en la acción profesional, para el abordaje del mejoramiento de las personas desde la potenciación de habilidades individuales, sociales, culturales, económicas y comunales. Asimismo, se entiende que hoy, más que nunca, la cultura juega un papel ineludible en las configuraciones sociales, políticas y económicas, y, por tanto, le confiere a la acción orientadora un carácter intercultural relevante desde lo teórico, que llevado a la práctica supone una intencionalidad por mejorar el entorno educativo, atender las asimetrías y fomentar la equidad.

La disciplina de la orientación es, para Frías Quesada (2015), “un campo del conocimiento que es singular y contempla un conocimiento científico que actúa como marco teórico y práctico, y tiene límites que pueden ser claramente definidos” (p. 16). Como saber científico, se determina por una serie de aspectos “epistemológicos, principios, procesos metodológicos e instrumentales y finalidades que la fundamentan, definen y diferencian de otras disciplinas” (Ministerio de Educación Pública [MEP], 2017, p. 13).

Asimismo, para Frías Quesada (2015), la disciplina pertenece a las ciencias sociales y es ubicada en las ciencias de la educación, ya que su objeto y sujeto de estudio es el ser humano. En el área educativa, Parras Laguna y otros (2008) indican que:

La concepción actual de la Orientación Educativa determina que su función principal es la prevención y, por lo tanto, no tiene únicamente un carácter asistencial o terapéutico (…) En consecuencia, el contexto del alumno o la alumna cobra una importancia vital y no queda restringido sólo al ámbito puramente escolar. (p. 34)

Molina (2001, citado por Molina Contreras, 2002) describe la orientación educativa como un “proceso destinado al desarrollo de habilidades y destrezas para aprender a aprender, así como a la formación de hábitos, actitudes, valores y comportamientos positivos en el entorno escolar y frente a las actividades de aprendizaje” (p. 6). Este enfoque subraya la importancia de adaptar la orientación educativa a la diversidad individual de cada estudiante. En línea con esta idea, Brenes Venegas y otros (2019) destacan que el ejercicio profesional en esta disciplina se fundamenta en estrategias sólidas y flexibles, diseñadas para fomentar el reconocimiento de la diversidad a través del intercambio cultural.

Para lograr ese reconocimiento, Fernández Bartolomé y Gallardo Vigil (2012) plantean que las personas profesionales en Orientación deben “de partir de la premisa de que todos somos diferentes, y así la educación no se deberá adaptar a unos pocos, sino que se deberá adaptar a todos los alumnos que están dentro del sistema educativo” (p. 41). Y en su actuar, según Álvarez (citado por Fernández Bartolomé y Gallardo Vigil, 2012), las personas profesionales en Orientación deben responder a las necesidades del alumnado en la planificación y ejecución de programas de intervención; tomando en consideración sus potencialidades personales, sociales y académicas.

En la misma línea, los autores proponen que los programas para la atención de la diversidad no sólo se dirijan al estudiantado con necesidades educativas especiales, ya que la diversidad de un centro educativo podría estar condicionada por aspectos curriculares, culturales, madurativos, sociales, afectivos, personales e incluso económicos (Fernández Bartolomé y Gallardo Vigil, 2012).

Asimismo, Artavia Aguilar y Fallas Vargas (2012) señalan que desde la Orientación se debe:

Potenciar la educación inclusiva y la misma inclusividad en todos los procesos educativos (formales o no formales) (...) además como disciplina debe crear apertura de diálogo para poder comprender la misma diversidad e integrarla a la vida de cada ser humano. (p. 51)

Para realizar lo anterior, las personas profesionales en Orientación poseen una serie de principios y funciones que les rigen, entre ellos Frías Quesada (2015) rescata el principio de prevención con la posibilidad de actuación en tres niveles: la prevención primaria, que busca eliminar factores de riesgo; la secundaria, que implica abordar una parte de la población que se encuentra en una situación de riesgo, para evitar que este avance; finalmente, la terciaria, que actúa en la problemática con intervención interdisciplinar.

Bajo la misma línea, la autora retoma el principio de desarrollo, el cual implica la atención a la persona en búsqueda de potencializar todo su desarrollo en todas sus dimensiones. A la vez, el principio de intervención social, que trabaja sobre el contexto al que pertenece la persona, para mejorar las condiciones que le rodean (Frías, 2015). Desde esta perspectiva, Brenes Venegas y otros (2019) mencionan que el “principio de prevención, desarrollo e intervención social pueden ser visualizados desde la Orientación en intervención intercultural, como bases teórico-prácticas en el trabajo cooperativo y colaborativo entre los distintos actores educativos y comunitarios” (p. 2).

Con respecto a las funciones desde la orientación educativa, Parras Laguna y otros (2008) refieren que deben ser:

Procurar interpretar correctamente, teniendo en cuenta los aspectos culturales, los comportamientos de cada alumno o alumna y reconocer sus sentimientos ante diversas situaciones.

Conocer las costumbres, creencias y valores de los alumnos y alumnas de la clase, aprovechando la información que puede aportar el propio alumnado y sus familias.

Utilizar los datos como recurso didáctico proponiendo actividades de análisis de las diferentes tradiciones sobre un mismo tema, las semejanzas y puntos en común, las diferentes interpretaciones sobre un mismo hecho, el origen y significado de los días festivos, etc.

Realizar actividades de identificación de estereotipos y de mensajes racistas y sexistas en materiales escolares o medios de comunicación.

Participar en la elaboración de un currículum intercultural. (p. 365)

Se retoma de la noción de Orientación los principios de universalidad, prevención y desarrollo, así como una comprensión amplia de la diversidad; y se prosigue dentro de su construcción los conceptos de cultura e identidad, al igual que los fines de promover una educación inclusiva.

De esta manera, la teoría permite realizar reconfiguraciones teóricas al denominar las cosas para avanzar a un plano de acción mucho más pertinente. En el escenario actual se plantearía que es clave que la Orientación sea intercultural en contextos cada vez más diversos, multi y pluriculturales.

Tylor (citado por Barrera Luna, 2013) permite situar la cultura como ese “complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y (...) otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto que es miembro de la sociedad” (p. 3). La identidad es una explicación de los aspectos internos de una persona y su enlace con lo externo (el contexto), permitiendo la expresión de la individualidad y pertenencia a la misma (Rojas de Rojas, 2004).

Por ello, la diversidad cultural, según Dietz (2008), se centra en la multiplicidad donde, por lo regular, se refiere a las diferencias entre grupos culturales; dejando en claro que ninguna cultura es intrínsecamente superior a otra. Del mismo modo, el autor resalta que “la diversidad se debe concebir no como una suma mecánica de diferencias, sino como un enfoque multidimensional y multi-perspectivista que estudia las líneas de diferenciación”. (p. 28)

Interesa centrarse, como reconfiguración básica desde la mirada intercultural, en la importancia de situar la reflexión y acción desde lo cultural. Abordar la diversidad cultural, desde la orientación educativa, permitirá no solo ampliar los horizontes como disciplina, fortalecer habilidades necesarias, sino también promover espacios educativos verdaderamente equitativos y con posibilidades de movilidad social. Siguiendo a Morales Trejos (2015b), en este punto de encuentro la persona profesional debe centrarse en que su actuar busque potencializar el autoconocimiento, la identidad, la toma de decisiones y el conocimiento del contexto sociocultural de la persona orientada, favoreciendo las manifestaciones culturales de la diversidad cultural en el espacio educativo.

Orientación intercultural, aproximaciones para su comprensión

Según Melero (2018, citado por Aguado y otros, 2018), el enfoque intercultural es “una praxis crítica comunicativa de co-construcción y transformación sociocultural entre personas concretas, diversas, complejas y cambiantes” (p. 6). Aunado a esto, Aguado y otros (2008) mencionan que, desde este enfoque, es importante la formación del cuerpo docente, para que atienda las necesidades presentes en la comunidad estudiantil, con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades en los sistemas educativos.

Según Ramírez Flores (2015), el ámbito educativo y el enfoque intercultural representan un esfuerzo por equilibrar la diversidad cultural con la equidad de oportunidades. Este enfoque busca, por un lado, valorar y recuperar la riqueza cultural y, por otro, reforzar el principio de igualdad y los ideales democráticos. En este contexto, educar para la interculturalidad implica promover el reconocimiento de la diversidad desde una perspectiva que fomenta el aprendizaje, el desarrollo y el enriquecimiento mutuo entre todas las partes involucradas.

La Unesco (citada por Ortega Ruiz, 2013) establece los principios básicos de una educación intercultural, los cuales son:

La educación intercultural respeta la identidad cultural del alumno a través de la oferta de una educación cultural apropiada, responsable y de calidad para todos.

La educación intercultural proporciona a los alumnos el conocimiento cultural, las actitudes y las destrezas necesarias para la consecución de una participación completa en la sociedad.

La educación intercultural proporciona a todos los alumnos el conocimiento cultural, las actitudes y destrezas que les capaciten para contribuir al respeto, entendimiento y solidaridad entre todos los individuos, grupos y naciones étnica, social, cultural y religiosamente diferentes. (pp. 403-404)

Por tanto, a partir de la interacción entre la educación y el enfoque intercultural, Morales Trejos (2015a) plantea un modelo dinámico con tres componentes, como referentes generales, que se enriquecen entre sí; donde se tome en cuenta “las especificidades de la diversidad (étnica, racial, sexual, religiosa, juvenil, cultural, contextual, sociopolítica) que se pretendan comprender y abordar en un contexto determinado, desde planteamientos pedagógicos”. (p.65)

Según la autora, estos tres elementos básicos son el reconocimiento, la valoración y la incorporación. El reconocimiento, para Brenes Venegas y otros (2019), es clave porque considera aspectos en las relaciones interpersonales y fomenta la tolerancia y la comprensión de que todas las personas son diferentes. Además, plantean que “no se puede dejar de lado que, al trabajar con el estudiantado, observarles y escucharles, son acciones que permiten reconocer las diferencias del alumnado”. (p. 18)

En relación con la valoración, es importante mencionar que esta puede ser comprendida desde un ámbito más afectivo, a partir de la sensibilidad y empatía. Según Morales Trejos (2015a), es la apertura que tiene una persona para considerar el todo que define a otra. Esto implica desarrollar una relación e interacción en la que se incluya a la otra persona a partir de acciones en las que se aprecien lo propio y lo ajeno. Generando así, una riqueza para la humanidad que converge en un mismo espacio. Por su parte, la incorporación, para Morales Trejos (2015a), es aquel momento donde la persona realiza acciones concretas para propiciar espacios de interacción, de comunicación, de escucha, de trabajo en equipo, de discusión de ideas y reflexión.

Al considerar el abordaje del modelo en los centros educativos, es importante mencionar el rol que cumple la persona profesional en Orientación en este, desde la construcción de la identidad cultural, la apropiación cultural y el conocimiento del medio de cada estudiante. Por ello, Cabrera Ruiz y Gallardo López (2013) mencionan que es importante favorecer la comunicación y las competencias interculturales; y también formar conocimientos, habilidades y actitudes en el estudiantado para la interacción con todas las personas y con el propio proceso de enseñanza aprendizaje, aceptando y mediando con las demás perspectivas y percepciones del mundo.

Por ello, la persona profesional en Orientación debe ser agente de cambio en los centros educativos, para transformar la sociedad en un medio más justo y democrático mediante el ofrecimiento al estudiantado de ser miembros críticos y productivos en la sociedad y la promoción de la acción social frente al racismo, la discriminación y la xenofobia. (Cabrera Ruiz y Gallardo López, 2013)

Metodología

Desde el enfoque cualitativo, se emplea la estrategia de recolección denominada revisión bibliográfica. Machi y McEvoy (2012, citado por Alayza Degola, 2020) indica que:

El método de revisión de la literatura se orienta a establecer un proceso sistemático de indagación, recolección, organización, análisis e interpretación de fuentes de información escrita sobre un tema en particular. Asimismo, tiene como finalidad establecer relaciones, diferencias, etapas, posturas o estado actual del conocimiento respecto al tema objeto de estudio. (p. 23)

Este método fue utilizado para demostrar el estado actual del conocimiento en el campo de la orientación intercultural e incluyó vocabulario, teorías, variables clave. Por tanto,” la conducción de una revisión de la literatura también informa al investigador sobre los autores y grupos de investigación influyentes en el campo”. (Alayza Degola, 2020, p. 23)

Esta revisión de la literatura, según Alayza Degola (2020) es una recopilación de diferentes investigaciones y artículos al acceder al estado actual de la cuestión por investigar. Se realiza una valoración crítica de otras investigaciones sobre un tema determinado, tal proceso permite ubicar el tema en su contexto. El método ofrece una investigación sistemática, objetiva y lógica del conocimiento actual sobre un tema en particular.

Resultados y discusión

Orientación intercultural: precisiones teóricas y aplicación

Tabla 1

Orientación intercultural: Anotación crítica de la relación y proyección práctica

Orientación

Interculturalidad

Anotación crítica de la relación y proyección práctica

“El contexto del alumno o la alumna cobra una importancia vital y no queda restringido sólo al ámbito puramente escolar” (Parras y otros, 2008, p. 34).

El reconocimiento es clave porque toma en cuenta aspectos en las relaciones interpersonales y fomenta la tolerancia y la comprensión de que todas las personas son diferentes. (Brenes y otros, 2019)

Conocer y reconocer el contexto, donde vive o proviene una persona, es fundamental para la Orientación mediante el enfoque intercultural; ya que se identifica la diferencia entre la cultura, costumbre y las razones de ser y actuar de una persona. Lo anterior, invita a la apertura y empatía.

“Conocer las costumbres, creencias y valores de los alumnos y alumnas de la clase” (Parras y otros, 2008, p. 365).

La educación intercultural respeta la identidad cultural del alumno a través de la oferta de una educación cultural apropiada, responsable y de calidad para todos”. (Unesco, citado por Ortega, 2013, p. 404)

Como sujeto de estudio de la Orientación, es importante conocer a la persona para desarrollar una mejor intervención. Al combinar ese planteamiento con el enfoque intercultural, es llevarlo a una forma de trabajo donde no solo se limite al conocimiento del otro/a, sino a respetar al otro/a y eliminar barreras de interacción.

“La premisa de que todos somos diferentes” (Fernández y Gallardo, 2012, p. 41).

La valoración es la apertura que tiene una persona, para considerar el todo que define a otra. Esto implica desarrollar una relación e interacción en la que se incluya a la otra persona a partir de acciones en las que se aprecien lo propio y lo ajeno. (Morales, 2015a)

La Orientación plantea que las personas son diferentes y el enfoque intercultural busca una valoración de la diferencia. Por tanto, al combinar los planteamientos se desarrollan habilidades como la apertura hacia el intercambio, lo cual fortalece las relaciones interpersonales asertivas con otros/as.

Planificación y ejecución de programas de intervención deben responder a las necesidades del alumnado, tomando en consideración sus potencialidades personales, sociales y académicas. (Fernández y Gallardo, 2012)

La incorporación es aquel momento donde la persona realiza acciones concretas para propiciar espacios de interacción, de comunicación, de escucha, de trabajo en equipo, de discusión de ideas y reflexión. (Morales, 2015a)

La planificación y desarrollo de programas y proyectos son una función propia de la Orientación. Sin embargo, en la planificación y desarrollo se debe rescatar el enfoque intercultural que plantea incorporar y trabajar la diversidad; sin que esta represente un obstáculo, sino que sea visualizada como una herramienta.

“Potenciar la educación inclusiva y la misma inclusividad en todos los procesos educativos (formales o no formales) (...) además como disciplina debe crear apertura de diálogo para poder comprender la misma diversidad e integrarla, a la vida de cada ser humano” (Artavia y Fallas, 2012, p. 51).

El campo educativo y el enfoque intercultural conlleva un esfuerzo por articular entre la diversidad cultural y la igualdad de oportunidades. (Ramírez, 2015)

Los centros educativos son un área de trabajo de la Orientación, en donde la diversidad es parte de esta. Por ello, en conjunto con el enfoque intercultural, desarrollar una educación inclusiva desde lo cultural permitiría promover la equidad de oportunidades en todo el estudiantado, logrando que la educación se adapte a sus necesidades. Además, disminuye la discriminación y la exclusión.

“Principio de prevención, desarrollo e intervención social pueden ser visualizados desde la Orientación en intervención intercultural, como bases teórico-prácticas en el trabajo cooperativo y colaborativo entre los distintos actores educativos y comunitarios” (Brenes y otros, 2019, p. 2).

Desde este enfoque es importante la formación del cuerpo docente, para que atienda las necesidades presentes en la comunidad estudiantil, con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades en los sistemas educativos. (Aguado y otros, 2008)

La Orientación, como disciplina, posee una serie de principios que la rigen y su abordaje de las necesidades de cada estudiante es primordial. No obstante, el trabajo colaborativo y cooperativo con el cuerpo docente proporciona una mejor intervención en pro del desarrollo integral del estudiante; buscando que los sistemas educativos sean contextos de acogida para la diferencia.

Participar como persona facilitadora de procesos de trasmisión de información a otros/as funcionarios/as y personas de la comunidad educativa, donde se motive a brindar un enriquecimiento en cuanto a la temática de la diversidad en la institución. (Morales-Trejos, 2019)

“Una praxis crítica comunicativa de coconstrucción y transformación sociocultural entre personas concretas, diversas, complejas y cambiantes” (Aguado y otros, 2018, p. 6). 

Las personas profesionales en Orientación deben de abordar también la comunidad, porque es en ella donde la familia aprende y, así, transmite a la sociedad los valores y las formas de relacionarse. Por ello, informar y actualizar a la población a un nivel más macro, podría llevar a una transformación sociocultural y bienestar integral de la sociedad en general.

Nota. Esta tabla muestra definiciones de los conceptos de Orientación e interculturalidad como anotación crítica de la relación y proyección práctica.

 

Se deriva de este análisis teórico, producto de una revisión bibliográfica, que la orientación intercultural se basa en la premisa que aprender sobre diferentes culturas y formas de vida puede enriquecer la vida y ayudar a superar los estereotipos y prejuicios culturales. Asimismo, promueve la idea de que la diversidad cultural es una fuente de riqueza y que todas las personas tienen la responsabilidad de fomentar un mundo más inclusivo y respetuoso.

El abordaje de las diferencias derivadas de la diversidad misma del ser humano, sus contextos y situaciones de vida, y especialmente acelerado por los procesos de migración, representa un desafío pedagógico que exige desarrollar competencias interculturales en personas actoras educativas, para aprovechar la diversidad como un recurso y no como problema. En tanto, estas competencias permiten no solo responder adecuadamente a las necesidades del estudiantado migrante, sino también transformar los entornos educativos en espacios de aprendizaje significativo y diverso. A través de estrategias como la pedagogía de la pregunta y la reflexión crítica, se pueden sentar las bases para una orientación educativa intercultural que facilite el entendimiento mutuo y refuerce la cohesión social, contribuyendo al avance hacia una sociedad más justa y pluralista.

Dentro de la intervención de la persona profesional en orientación intercultural, algunas de las estrategias que se pueden implementar son las siguientes;

Diseñar actividades adaptadas a las necesidades específicas del estudiantado, como juegos educativos para niñas y niños o debates interactivos para adolescentes, donde se retomen temas de interés a partir de una exploración previa.

Brindar apoyo socioemocional, fomentando la empatía, el trabajo en equipo y la resiliencia a través de talleres y dinámicas grupales.

Incorporar herramientas digitales en la mediación pedagógica como simulaciones, videos interactivos y aplicaciones educativas para enriquecer el aprendizaje, enseñando así un uso pedagógico de la tecnología.

Implementar estrategias que aseguren que las personas estudiantes con diversas habilidades y antecedentes puedan aprender juntas y sentirse valoradas en sus diferencias.

Identificar y abordar dificultades en áreas como lectura, matemáticas o habilidades sociales en edades tempranas con el fin de brindar el apoyo oportuno.

Vincular la escuela con la comunidad mediante actividades como servicio social, proyectos ecológicos o campañas de concienciación. Es fundamental retomar el vínculo centro educativo con la comunidad-familia para transitar efectivamente hacia la mejora educativa.

A modo de síntesis, la orientación intercultural se centra en promover la comprensión y el respeto hacia las diferentes culturas, fomentar la comunicación efectiva en contextos multi y pluriculturales, así como la empatía y la resolución de conflictos en situaciones de diversidad cultural. También, busca desarrollar habilidades de comunicación y competencias interculturales que permita la interacción de manera efectiva con personas de diferentes culturas.

Conclusiones

La disciplina de la Orientación se enriquece del enfoque intercultural desde la comprensión de lo cultural e integra en su quehacer principios que le permiten promover el reconocimiento de que los valores, las normas, las creencias y las prácticas culturales varían ampliamente entre las diferentes culturas. El desarrollo de habilidades interculturales, específicamente de comunicación efectiva en contextos diversos, fomentando la empatía, la capacidad de escucha activa y la resolución de conflictos de manera pacífica y respetuosa de las diferencias, es clave en el quehacer de la persona orientadora para trabajar desde el enfoque intercultural.

La orientación intercultural ayuda a superar los estereotipos y prejuicios culturales, promoviendo el entendimiento de las diferencias culturales y fomentando el respeto hacia todas las culturas. Preparar a las personas para el mundo globalizado es esencial para enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades que la globalización trae consigo. Las personas con competencias interculturales están mejor preparadas para vivir, trabajar y colaborar en contextos internacionales.

En contextos marcados por la migración, la orientación educativa debe priorizar el reconocimiento y la valorización de las diferencias culturales como un elemento enriquecedor para las comunidades educativas. Al integrar en su práctica un enfoque intercultural que contemple las experiencias y necesidades particulares de las personas migrantes y no migrantes, es posible construir espacios educativos más equitativos e inclusivos. Esto implica ofrecer herramientas que no solo apoyen el desarrollo personal y académico de cada estudiante, sino que también fomentar la sensibilización y empatía entre el resto de la comunidad educativa, promoviendo así una convivencia armónica basada en el respeto y la solidaridad.

Mejorar la convivencia y la cohesión social es un resultado importante que, desde la orientación intercultural, se fomenta bajo la premisa del reconocimiento de la diversidad cultural como valor añadido. La orientación intercultural trabaja en contra de la discriminación y promueve la igualdad de oportunidades para todas las personas, sin importar su origen cultural, colaborando en la construcción de sociedades más inclusivas y respetuosas.

En la educación inclusiva se puede destacar cómo adaptar métodos de enseñanza para garantizar la participación activa de todo el estudiantado, sin importar sus capacidades o contextos sociales. Aquí es fundamental abordar la accesibilidad, la igualdad y la equidad.

Desde la mediación pedagógica, la persona profesional en Orientación puede promover en sus espacios educativos el diseño de estrategias que le permitan a las personas docentes no solo impartir conocimientos, sino también actuar como facilitadores del aprendizaje autónomo y significativo, donde planteen, a nivel socioeducativo, la ideas sobre cómo la educación puede ser un puente entre la escuela y la sociedad, aborden problemas sociales, fomenten el pensamiento crítico y promuevan valores de convivencia y respeto mutuo.

Promover la valoración y el respeto de las tradiciones y conocimientos culturales locales en el aprendizaje es esencial para fortalecer la identidad y el sentido de pertenencia en las personas jóvenes, sus familias y comunidades. En este sentido, las acciones, desde lo cultural y para promover la interculturalidad, favorecerán en la construcción de una educación inclusiva, cuyo modelo de escuela esté guiado por la justicia, la equidad y la movilidad social.

Declaración de conflictos de intereses

La persona autora declara que no tienen vínculos con actividades o relaciones personales conocidas que influyan de forma inapropiada en el proceso editorial.

Referencias

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